A pesar de que Irán declaró neutralidad ante los
acontecimientos de la segunda guerra mundial, fue invadido en 1941 por la
Inglaterra y Rusia. La invasión inglés-ruso a Irán causó numerosos
problemas económicos y sociales para Irán, sin embargo ese país acogió a los
polacos que necesitaban ayudas humanitarias.
Un poco antes había sucedido la masacre de Katyn, por la cual 22
mil polacos fueron asesinados por los soviéticos, y por otra parte Polonia
estaba en expuesta de invasión brutal por los Nazis. La destrucción de Polonia,
persuadió a los polacos a emigrar a otros países para sobrevivir, se estima que la
cantidad total de los refugiados fueron 150 mil personas, mientras durante dos
años entraron aproximadamente 40 mil polacos (cristianos y judíos) a Irán a través del puerto Anzali ubicado en norte de Irán.
En los mismos momentos, el ministro polaco Karl Bader, así recordó
de los comportamientos de iraníes frente los refugiados polacos: "La
intención bondadosa de ustedes ante mis compatriotas refugiados, me ha dado una
gran inspiración. Ustedes ha concedido por misericordia, una gigantesca mansión
a los niños huérfanos polacos para que se mantengan... Sinceramente estoy agradecido por sus ayudas altruistas y bondadosas y les aseguro que la nación
polaca siempre estará agradecida."
En aquellos momentos Irán estaba en una condición inestable con una situación económica
en caos, sin embargo los iraníes no dieron la espalda a los refugiados y
abrieron las puertas de sus hogares hacia ellos. Algunos refugiados habían
padecidos a enfermedades como tuberculosis y tifus y murieron en los campos, hoy en día 639 polacos están sepultados en los cementerios del norte de Irán.
La gran mayoría de sobrevivientes salieron de Irán gradualmente tras la finalización
de la segunda guerra, pero algunos se quedaron y formaron familias, desde
entonces la cultura e idioma polaco dejó sus huellas en Irán; poco a poco
algunos polacos residentes, comenzaron a cantar y componer músicas en los bares
nocturnos y restaurantes, y los escritores se dedicaron a enseñar el
idioma polaco y a escribir, incluso un periódico llamado "Slowo
Polskie" obtuvo fama en Irán.
Años después, Josro Sinai, el director iraní de cine creó una
película acerca de esos acontecimientos. La película-documental se llama
"The lost elegy" (La elegía perdida) y fue creada en 1984. El 2007 el
director logró recibir en un festival en Gdynia, el premio del mérito por Lech Kaczyński,
el entonces presidente de Polonia.
![]() |
Josro Sinai, el director de "la elegía perdida" |
No hay comentarios:
Publicar un comentario